Ciego y sordo

Para tu suerte, o para la mia
siempre crei en ti
aun y cuando supe que mentiste varias veces
me hice ciego ante la posibilidad de la mentira
y me hice sordo ante la palabra de los demas
mi unica verdad fuiste tu
y eso, me ayudo a amarte tanto como te ame
y eso, me ayudo a ser feliz por mucho tiempo
y hoy no me interesa que la «verdad», si es que la es, vuelva a mi
no me interesa dejarla entrar
no me intersea que suene en mis oidos, algo que jamas quise escuchar
y no me intersa ver, algo que nunca quise ver
para mi no existió
y no va a existir
y sin embargo duele saber, que existe la posibilidad de que esa verdad haya existido
y aun asi, te sigo amando

Expertos

Tu, con el paso de los meses,
te has vuelto experta
en mandarme a la chingada.

Yo, con el paso de los meses,
me he vuelto experto
en regresar de ahí,
para estar siempre a tu lado.

Ante el dolor

¿Qué decir ante el dolor de un amigo?

Hay dolores que no pueden ser reconfortados con las palabras, y no queda más que dejar que los brazos hablen por tus labios, y sea el abrazo el único medio para compartir la pena.

En estos casos, es mejor dejar que el sielencio guarde el dolor que con las palabras no se pueden expresar.

Medir el amor

¿Se puede amar demasiado?
¿Se puede amar tan poco?
¿Puede el amor ser medido?
¿Cómo medir el amor?
¿Cómo saber si te ame tanto o tan poco?

No lo sé…
Pero si pudiera medir lo tanto que te ame,
con lo tanto que ahora me estas haciendo llorar,
sin duda, señora de mi vida,
TE AME DEMASIADO.

No preguntes!!!

No preguntes!!!

Solo grita al mundo que soy el peor idiota que ha existido jamás!

Solo grita que te amo, aunque tu sabes y yo sé que no te lo mereces.

Solo grita al mundo que soy ciego ante la verdad absoluta: MIENTES!!!

Solo grita al mundo que como yo te amo, nadie te ha amado, aunque no te lo merezcas nunca.

Solo gritas, que entre tu imbécil, y yo imbécil, eres más imbécil tú, al no entender que me estas llevando a ese infierno que es tu vida, y no amor, no me lo merezco.

Solo grita, que aunque estoy consiente que no me merezco ese infierno lo acepto, por un beso de tus labios de diablo, por solo, solo instante entre tus brazos.

Dios existe, sí existe, tanto como existe el demonio que eres tu, que es tu piel y que es tu vida que me lleva a esa hoguera que es tu amor.

Ahí quiero estar, déjenme morir ahí, ahí donde he decidido estar, aunque no me lo merezca.

Desgraciadamente, te amo demasiado, diablo del demonio, te amo demasiado.